Un sueño que no tiene fin

Un sueno que no tiene fin

Aunque sea eliminado por el Real Madrid, cosa factible, el Apoel completará una Champions histórica

POR EDUARDO DOMÍNGUEZ

En Nicosia, capital del pequeño país de Chipre, desde el 16 de marzo se viven días de fiesta. Nada más se conoció que el Real Madrid sería el rival del local Apoel en los cuartos de final de la Liga de Campeones y toda esa algarabía estalló.

La gran mayoría de los chipriotas, no sólo los aficionados del Apoel, disfrutan del que bien puede ser considerado como el mejor momento de su hstoria, en el plano futbolístico. Viven la visita del gigante merengue a tope, pues, tal vez, eso no ocurrirá de nueva cuenta en muchos años. Todo, sin importar que será el último juego de su club en la competición, en el año.

Porque el estar esperanzados en que se puede lograr la gesta de avanzar sobre el gigante merengue es algo que no cabe en los isleños. Las abismales diferencias entre uno y otro equipo llevan a generar la afirmación. Los ejemplos sobran para desnudar lo dicho.

En salarios, Santiago Solari, el mejor pagado por los hoy locales, apenas gana 30 mil euros al mes, aproximadamente lo que obtiene Cristiano Ronaldo en un día. En presupuesto anual, son incomparables los 9.5 millones de euros con los que cuenta el Apoel, en contraste con los cientos de millones de la entidad española. Igual de obscenos son los más de 500 millones de euros invertidos por los de Chamartín, contra el millón de los de Chipre.

Pero si se va al palmares el asunto se torna aún más grotesco: la institución encabezada por Ivan Jovanovic disputará por vez primera una ronda de cuartos, mientras que la de José Mourinho ya ha obtenido nueve ocasiones la orejona.

Es por eso que en el GPS Stadium se vivirá un carnaval sin igual. Es un día para disfrutar, para ver a uno de los mejores clubes del mundo en su cancha. Lo que resulte en la cancha será lo de menos.